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Vinos Rosados pálidos, una moda que perdura

Lo que empezó siendo una moda hace varios años, procedente del mundo del lujo y de los champagnes rosé de Europa, lo sigue siendo a día de hoy y no existe bodega en el mundo que no tenga entre sus vinos un rosado pálido con el que competir en un mercado cada vez más sofisticado. Y es que los vinos rosados de tonalidades rosa pálido, asalmonada o como muchos lo llaman, de color cebolla, siguen siendo tendencia a pesar de los años y los enólogos de las bodegas, conscientes de ello, buscan la manera de conseguir el color más sutil para agradar al consumidor en cualquier lugar del mundo.

 

En la actualidad, rosado pálido es sinónimo de distinción y elegancia, aunque no sólo su color es lo más llamativo, también lo son sus cualidades organolépticas derivadas de la fruta con toques a fresa y/o frutos rojos. Vinos que despiertan el interés del consumidor por su frescura y gran potencial aromático y que han sido concebidos para quienes les gusta presumir de beber algo más que una copa de vino.

 

Los vinos rosados en España son una realidad

 

El vino rosado pálido de calidad se ha hecho un hueco en el mercado en España en los últimos años y aunque cuando despegó el concepto de este tipo de vino de colores menos intensos y brillantes en el mercado del vino fue en el pasado, en los últimos años ha logrado consolidarse como una propuesta de valor dentro del mercado de vinos.

 

En la actualidad, España es el segundo productor mundial de vino rosado con más de 5,5 millones de hectolitros, solamente por detrás de Francia. Esta cifra equivale a una quinta parte de lo que se produce en el mundo. La mayoría de estas botellas son vendidas en exportación, ya que España es uno de los principales países exportadores de vino rosado en el mundo. Mueve nada menos que el 40% del total, lo que significa un poco más de 4 millones de hectolitros. Para entender mejor lo que significa esta cifra, hay que señalar que el mercado ha crecido en un 40% desde el año 2002.

 

Francia e Italia completan el pódium de exportadores de vino rosado a nivel mundial. Pese a ello, existen importantes diferencias de precios de venta en las botellas de los tres países. Los caldos franceses se cotizan a una media de 3,50 euros por botella, mientras que el coste de los italianos se sitúa en los 2,30 euros. En cambio, el precio medio del vino español es de 0,75 euros botella, debido a que se vende sobre todo a granel para su envasado en destino.

 

Aun así, los datos más llamativos sobre esta tipología de vino en España se centran en su consumo. Aunque Francia sigue siendo líder mundial en rosados, tanto en producción como en ventas, las cifras en nuestro país demuestran un crecimiento exponencial. Las estadísticas más recientes señalan que ha aumentado un 41% en volumen y un 74% en valor, lo que nos sitúa en sexta posición en el ranking de consumidores de vinos rosados en 2019. Según datos del interanual a marzo de 2019, los hogares españoles consumen un total de 16 millones de litros de vino rosado, entre los que se incluyen vinos con y sin Denominación de Origen Protegida. Esta cifra no incluye espumosos, ni denominaciones varietales, vinos con aguja o con IGP, ni los consumidos en locales de restauración.

 

Por último, cabe destacar que alrededor de un millón de personas trabajan de manera directa o indirecta en su producción, elaboración y distribución entre los que se encuentra Agrovin por ser una parte importante del proceso que hace que el vino rosado pálido sea una realidad.

 

Vinos rosados, una oportunidad para las bodegas españolas

 

Las bodegas españolas están aprovechando la oportunidad que les brinda el crecimiento del consumo de vinos rosados en el mundo, especialmente en países como Estados Unidos, Canadá o Reino Unido. En su búsqueda para posicionarse mundialmente como una referente de vino, trabajan para conocer cuáles son las principales demandas de sus clientes y poder adaptarse a ellas.

 

Además, este sector se marca 3 objetivos importantes a conseguir para seguir potenciando el consumo de vinos rosados:

 

  1. 1 Lograr un equilibrio entre producción y ventas que permita conseguir un producto de valor.
  2. 2 Aumentar el consumo en España, abriéndose a nuevos consumidores gracias a potenciar la innovación y la comunicación.
  3. 3 Hacer un esfuerzo todavía mayor en las importaciones, para apoyar la presencia de vinos de alta gama en los mercados. De esta manera, se genera también una buena imagen general del sector vinícola español.

 

La importancia de saber adaptarse a las tendencias

 

Una de las razones del éxito de los rosados españoles es que las bodegas de nuestro país se adaptan a las tendencias actuales de consumo de vino, manteniendo siempre su excelente calidad. Todo ello, sin dejar tampoco de lado en ningún momento los magníficos rosados tradicionales, como los de sangrado de Garnacha.

Gracias a todo esto, en la actualidad podemos encontrar rosados pálidos, con un bonito y trabajado color, que también son muy agradables de beber por su textura y cuerpo. Se trata, en definitiva, de darles valor para conseguir que estos vinos tengan la mejor aceptación.

 

El papel de las Denominaciones de Origen Españolas

 

Los responsables de las DOP españolas, están haciendo un gran esfuerzo para promocionar los vinos rosados, especialmente entre el público más joven. Y no son la única entidad que trabaja con este objetivo. Las marcas, los consejos reguladores y el resto de denominaciones de origen protegidas también buscan ampliar los mercados con propuestas que respondan a las demandas de sus clientes.

 

Asimismo, no podemos olvidar que el vino rosado es, en algunas tierras, prácticamente un símbolo de la región vinícola. Es el caso de las DO Cigales y Navarra, donde están inscritos más de 2.400 viticultores, y se vende una cifra superior a 41 millones de litros. Por lo tanto, el cuidado y mantenimiento de sus características propias debe ser todavía más extremo.

 

Claves para elaborar un vino rosado pálido gracias a Agrovin

 

Desde Agrovin ayudamos a los bodegueros en todo el proceso de elaboración de sus vinos varietales, consiguiendo en cada caso, el tono de palidez que desean obtener y preservando  la intensidad aromática y frescura.

 

Para ello, contamos con productos adaptados a cada fase del proceso, desde el momento de la recepción y transporte, pasando por el desfangado dinámico, posteriormente la fermentación alcohólica hasta llegar a la conservación del vino.

 

Recepción y Transporte

 

El transporte de la uva hasta la bodega y su recepción, es un punto de inicio de la protección del futuro vino. La aplicación de combinados como Redoxtanin B ayudarán a controlar los procesos de oxidación aportando SO2 en dosis recomendadas (50-70 mg/l). Por otro lado, el control microbiológico de la población indígena presente en la uva evitará el consumo de recursos, problemas de implantación de las levaduras seleccionadas o aparición de desviaciones. En este caso, el uso de Microstab pH, es una herramienta de fácil aplicación y de gran eficacia sobre bacterias lácticas y levaduras no Saccharomyces, su formato líquido permite aplicar, con gran comodidad, quitosano sobre el mosto obtenido, previo a su desfangado, así como gestionar el pH buscando valores de 3,2-3,4 por su capacidad acidificante.

 

Desfangado Dinámico

 

Durante el desfangado, se precisa una correcta gestión del mosto para ajustar la turbidez a los valores adecuados según el perfil buscado (Perfil amílico 40-60 NTU; Perfil tiólico 80-100 NTU). Por otro lado, el uso de agentes específicos de floculación permitirá disminuir el contenido de precursores y catalizadores de la oxidación, disminuyendo el riesgo de evolución acelerada, ya en vino.

La aplicación de Enozym LUX (1ml/hl, según tiempo de acción y temperatura) permitirá una rápida despectinización de los mostos, incluso a bajas temperaturas, gracias a su elevada concentración en actividad pectinliasa. El desfangado dinámico, con la aplicación de Proveget FLOT (100-150 ml/hl), supondrá una disminución de los ácidos hidroxicinámicos, compuestos potencialmente oxidables, además de la reducción de los metales presentes (catalizadores de la oxidación). La correcta gestión de estos compuestos, junto con un bajo pH, facilitará el control del color de los vinos rosados pálidos, una de las complicaciones a las que los técnicos se enfrentan durante la conservación.

 

Fermentación Alcohólica

 

Llegado el momento de la fermentación es el momento de hacer correcciones de NFA, siembra de LSA y ajuste de temperatura de FA (16-18ºC). Los productos especialmente indicados por Agrovin para esta fase son ACTIMAX VARIETAL  30 g/hl (NFA 31 mg/l – NOPA 25 mg/l) y ACTIMAX XL 30 g/hl (NFA 45 mg/l- NOPA 0.65 mg/l).

 

La aplicación de Actimax Varietal propicia un aumento de la expresión aromática con la liberación activa de aminoácidos, e incremento de la protección ante la oxidación. Por su parte, el aporte de soporte para las levaduras, como el incluido en el Actimax XL está indicado para mejorar los finales de FOH.

 

Paralelamente, hay una necesidad de hacer uso de la levadura Viniferm de Agrovin adecuada a cada perfil de vino, siendo Vinfierm Emoción y Viniferm Revelación las que se adaptan mejor a las condiciones de fermentación de los vinos rosados.

 

CTAs Contacto AGROVIN

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